Carmelitas
- Anónimo
- Sep 6, 2017
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La Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (en latín Ordo fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo), también llamada Orden de los Carmelitas, es una congregación religiosa católica y surgió alrededor del Siglo XII, cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina; de hecho "Karm-El" significa "la viña de Dios" en las lenguas semíticas de la zona.
El lema de su escudo es: ZELO ZELATUS SUM PRO DOMINO DEO EXERCITUUM (Me consume el celo por el Señor, Dios de los Ejércitos).1

En medio de las celdas construyeron una iglesia, que dedicaron a su patrona, la Virgen María, a quien veneran como Nuestra Señora del Monte Carmelo. Tomaron así el nombre de "Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo".
El patriarca de Jerusalén, Alberto, les entregó en el año 1209 una regla, que sintetiza el ideal del Carmelo: vida contemplativa, meditación de la Sagrada Escritura y trabajo con esa regla se convalida con la que hasta hoy el siglo XXI es una orden religiosas en diversas parte del mundo lo recuerda por que fue uno de los fundadores de la orden religiosa es un personaje muy querido para los carmelitas a san Alberto de Jerusalén
Los Carmelitas son una orden mixta que se sitúa entre la Cartuja y los Franciscanos.

La orden ha pasado muchas pruebas. Durante el cisma del Occidente el Carmelo quedó dividido en dos obediencias. Fueron reformados por Jean Soreth quien inició las fundaciones en Holanda, Bélgica y Francia.
Pero la gran reforma ocurrió con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Comienza en el Carmelo de la Encarnación en Ávila, España y se propaga con el beneplácito de Pío IV en 1562 por todos los carmelos. La nueva regla elimina las concesiones hechas al mundo y retorna a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo. El fin de Santa Teresa fue darse del todo a Dios en profunda oración.
San Juan de la Cruz sigue a Santa Teresa creando en Duruelo el primer monasterio de carmelitas descalzos. La Revolución Francesa acabó con centenares de conventos y

mandó a la muerte a muchos religiosos. Han sufrido también a manos de los rojos en España como en todos los lugares donde la fe católica ha sido perseguida. Abonado por los sufrimientos y las persecuciones, el árbol plantado en el Carmelo sigue dando exquisito fruto en nuestros días.
La vida carmelita es consagración a la oración y contemplación, también al estudio. Los hombres tienen apostolado, especializándose en la dirección espiritual. En la actualidad, las Carmelitas Descalzas son aprox. 14.000 en 835 conventos en el mundo. Los Carmelitas Descalzos son 3.800 en 490 conventos.
La Orden Carmelita hoy

A partir del Concilio Vaticano II, los Carmelitas han venido reflexionando hondamente sobre su propia identidad, sobre su carisma, sobre aquello que está a la base y constituye su proyecto de vida, a saber "vivir en obsequio de Jesucristo y servirlo fielmente con corazón puro y buena conciencia" (Regla). Han encontrado su obsequio a Cristo empeñándose en la búsqueda del rostro de Dios viviente (dimensión contemplativa), en la fraternidad y el servicio (diakonía) en medio del pueblo. Todo esto, ellos lo ven realizado en la vida del Profeta Elías y de la Virgen María, los cuáles han sido guiados por el Espíritu Santo. Mirando a Elías y a María los Carmelitas se encuentran en una situación fácil para comprender, interiorizar, vivir y anunciar la verdad que hace al hombre libre.
Los Carmelitas, conscientes de su pertenencia a la Iglesia y a la historia, viven en una
fraternidad abierta a Dios y al hombre, capaces de escuchar y dar respuesta auténtica de vida evangélica en base a su propio carisma y se empeñan en la construcción del Reino de Dios dondequiera se encuentren. De hecho, ellos están comprometidos con la evangelización en las casas de oración, en los centros de retiros espirituales, en las parroquias, en los santuarios marianos, en las escuelas y colegios, en las asociaciones religiosas; y con la Justicia y Paz en aquellos ambientes donde la dignidad humana todavía es pisoteada, entre los pobres, los marginados, los que sufren.

A este empeño de los Carmelitas, que es vario y vasto, se une la estrecha colaboración de un gran número de comunidades de monjas, Congregaciones de las Hermanas de Vida Apostólica, Laicas de vida consacrada, numerosos grupos de Terceras Ordenes y Cofradías del Santo Escapulario. Todos estos grupos surgidos por el Espíritu a través de los siglos, inspirados en la Regla del Carmelo están íntimamente unidos por el vínculo del amor, de la espiritualidad y de la comunión de bienes espirituales y por tanto, constituyen en la Iglesia la Familia Carmelita.
Actualmente la Orden Carmelita (rama de religiosos) está formada por Provincias, Comisariados Generales, Delegaciones Generales, Comunidades de Ermitaños y una Comunidad Afiliada, con un total de 2,000 religiosos aproximadamente. Se encuentran en todos los continentes.
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